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Pediatras alertan sobre el peligro de usar collares de ámbar en bebés

Asociaciones médicas de todo el mundo especializadas en pediatría, dermatología, clínica médica y emergentología alertaron sobre los riesgos que acarrea el uso de collares de ámbar en bebés y que, incluso, puede derivar en la muerte del niño por estrangulamiento.

Casi como una moda, la peligrosa costumbre de colocar estos collares en los bebes se difundió bajo la falsa afirmación de que se trata de un potente antiinflamatorio que ayuda contra las molestias que se producen durante el período de la dentición. La creencia popular dice que el ámbar libera ácido succínico, pero aquello sólo sucede al calentar ese material a 187º centígrados y, por lo tanto, es imposible que ello pueda suceder en condiciones normales teniendo efectos reales sobre los niños.

Sin embargo, países como Francia y Suiza ya los han prohibido debido a que ponen en riesgo la vida de los bebés que los utilizan.

La Sociedad Canadiense de Pediatría y la Academia Estadounidense de Pediatría también confirmaron esta recomendación en contra del uso de joyería ambarina al alentar a los padres a evitar los collares en bebés como una estrategia básica de prevención de asfixia.

El estrangulamiento y la asfixia es una de las principales causas de muerte en los niños en todo el mundo. Un niño con un collar, si es desatendido por sólo unos minutos, puede quedar enganchado con su brazo o con alguna parte de la cuna y tener un accidente fatal.

De hecho, la publicación de Salud Pediátrica de Australia y Nueva Zelanda dedicó atención al tema calificándolo como un «peligrosa tendencia popular».

«Las compañías que venden joyas de ámbar han afirmado que su uso da como resultado numerosos beneficios además del alivio del dolor, como la reducción de la inflamación y la estimulación de la tiroides, a pesar de la falta de evidencia científica», señala el artículo suscripto por Alexandra Hudson, Kim Blake y Robyn McLauling, pediatras de la universidad canadiense de Halifax.

Otro escenario que podría generarse es que este collar que se desarme o se rompa, aumentando el riesgo de asfixia si una de sus partes es aspirada por un bebé.

Además, la mayoría de los collares de ámbar disponibles en el mercado o en Internet ni siquiera son de ámbar, se trata de falsificaciones. Según el sitio especializado en maternidad supermadre.net la forma más simple de comprobar si es falso o auténtico, es sumergirlo en una solución de 1/3 taza de sal y 2/3 de agua: Los collares de ámbar auténticos flotarán y los falsificados se hunden.

Otra manera de determinar la autenticidad es tratando de hundirle una aguja caliente ya que en las imitaciones de ámbar veremos cómo se derrite el plástico.

Aun teniendo un verdadero collar de ámbar, el riesgo que supone para un niño es demasiado alto. Ningún estudio científico que haya podido demostrar su capacidad analgésica y, en cambio, se constató que son terreno fértil para la proliferación de bacterias peligrosas: Si bien alguna de las encontradas forma parte de la flora normal de la piel, son bacterias que en condiciones especiales pueden también causar enfermedades.

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