
A una semana de que docentes de al menos siete escuelas públicas de Villa Fiorito, en Lomas de Zamora, suspendieran de forma temporaria las clases en protesta por los reiterados robos en los establecimientos, desde la comunidad educativa local destacaron hoy el refuerzo del operativo de corredores escolares seguros pero denunciaron que los hurtos continúan fuera del horario de clases.
«Ahora con los patrulleros se calmó la situación pero roban a la noche, de día no se animan», contó a Télam Ángel, padre de dos chicos que asisten a la primaria de la Escuela N° 67 «Cultura Nacional» de Villa Fiorito.
Liliana, cuya hija asiste al mismo establecimiento, comentó que «cada mes entran a robar a la escuela» y aseguró que cuando lleva a sus hijas a las 8 de la mañana toma «todas las mayores precauciones» que puede.
«Miro para todos lados cuando las traigo al colegio, no las dejo venir solas, además los maestros son buenos porque no permiten que se vayan solos los chicos», aseguró.
«El año pasado se robaron hasta un motor del agua y entonces los chicos no pudieron tener clases porque no funcionaban los baños», relató Nancy, mamá de dos alumnos, quién contó que al llevar a sus hijos a clases a la mañana deja el celular en su casa para evitar que se lo roben.
Desde la dirección de la Escuela N°67 aseguraron a Télam que tratan de «pilotear» la situación ante los hechos delictivos y lamentaron que «desde siempre» roban objetos de valor fuera del horario de dictado de clases.
«El sendero seguro funciona pero el problema son las vías, desde ahí vienen a robar», aseveró la directora, en referencia a una zona descampada de la línea Belgrano Sur ubicada a dos cuadras del establecimiento.
Rocío, una estudiante de 15 años de la Escuela EGB N° 86, también de Villa Fiorito, comentó que hace unas semanas le robaron el celular a punta de pistola en la esquina del colegio. «Roban como en todos lados, es algo común ya, hay que tener cuidado», aseveró.
Los establecimientos que suspendieron las clases el 30 de mayo en protesta por la sucesión de «robos violentos» en la zona fueron las escuelas públicas 63, 67, 86, 79 y 98, el Centro Educativo Complementario 805 y la Escuela Primaria para Adultos (EPA) 706, cuyos docentes tomaron esa decisión para pedir una respuesta a las autoridades, según reconstruyó Télam.
La presidenta del Consejo Escolar de Lomas de Zamora, María de los Ángeles Kozinovic, informó a Télam que en lo que va del año hubo 64 robos en las más de 300 escuelas del municipio, de acuerdo a un registro que lleva la funcionaria, aunque fuentes policiales indicaron que las denuncias por algún tipo de delito en escuelas de ese partido «no llegan a la mitad» de esa cifra.
«Entran por todos lados a las escuelas», se quejó Kozinovic, y contó que los robos se producen porque «hay elementos de valor fácilmente negociables en los mercados informales; nos han robado baños enteros».
«Se llevan lo que encuentran, desde heladeras y cocinas, hasta bancos, cubiertos y platos de plástico con los que comen los chicos», denunció.
Kozinovic destacó que «los corredores con policías son de mucha utilidad» aunque aseguró que «no todos los chicos viven por esas calles» y evaluó que «no es sólo poner más policías, tenemos casi 96.000 estudiantes de menos de 18 años en las escuelas públicas».
«Necesitamos educar en valores humanos a toda la sociedad, es un cambio cultural. Antes la escuela era sagrada y hoy es un campo de batalla», concluyó.
Si bien no hay estadísticas oficiales de hechos delictivos en los establecimientos educativos, desde la Dirección de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires confirmaron que hay una «tendencia creciente» a que se produzcan robos y hechos vandálicos.
Fuentes de la cartera comandada por Alejandro Finocchiaro aseguraron que confían en los senderos seguros que coordinan los municipios y el ministerio de Seguridad bonaerense como medida para prevenir los robos.
En ese sentido, afirmaron que los hechos delictivos son «anómalos», por eso lo que se busca desde Educación es «poner en pie a las escuelas atacadas» y brindar un acompañamiento a docentes y estudiantes con equipos de orientación y psicológicos para volver al ritmo normal de clases.