El mejor amigo de Anahí Benítez declaró ante la Justicia de manera espontánea y aseguró que la tijera encontrada en la casa de Marcos Bazán (detenido por el crimen) era de su propiedad y que él la había olvidado en la casa de la joven asesinada a principio de este año.
El testigo, de 16 años, se presentó el miércoles junto a su padre y amplió su declaración testimonial ante las fiscales Verónica Pérez y Fabiola Juanatey, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Femicidios de Lomas de Zamora.
El testimonio estuvo centrado en una tijera de la que el chico escuchó hablar en un grupo de Whatsapp y fue secuestrada durante el allanamiento realizado en la casa que Bazán (34) tiene en el predio de Santa Catalina, el día de su detención.
Esa tijera, que le fue exhibida en la fiscalía, tiene escrito el nombre del testigo, quien explicó que había olvidado ese útil escolar en la casa de Anahí en febrero y nunca recuperó.
Para probarlo, el propio adolescente entregó a las fiscales la captura de pantalla del chat de Whatsapp en el que la propia Anahí le decía “te olvidaste la tijera y un peine” y, además, aportó la foto que su amiga le envió de esos objetos con ese mensaje.
Cuando fue indagado, Bazán aseguró que esa tijera la había encontrado en una caja de objetos perdidos en un colegio de Lanús donde trabajó antes de su empleo actual como vigilador en el Hospital Gandulfo.
“La única manera de que esa tijera que desde febrero estaba en poder de Anahí apareciera en la casa de Bazán es que la chica estuvo en ese sitio”, dijo a Télam una fuente judicial.
El abogado de Bazán, Lucio de la Rosa, afirmó en varias oportunidades que la casa de su cliente no tiene medidas de seguridad y que no se puede descartar la posibilidad de que alguien haya ingresado o llevado a Anahí cuando el imputado estuviera fuera de su hogar.
Sin embargo, para los investigadores de la fiscalía, la versión que dio Bazán sobre la tijera es “un indicio de mendacidad”.
Los voceros indicaron que las fiscales esperan para estos días la pericia técnica sobre el contenido del celular Samsung Core de la víctima que fue hallado en poder de uno de los hijos del segundo detenido que tiene la causa, Marcelo Villalba (40).
Este hombre amplió ayer su declaración indagatoria y aseguró que había encontrado el teléfono tirado en una vereda con pasto, le quitó la funda, le pidió a su hermano que lo desbloqueara y con un nuevo chip se lo regaló a su hijo.
Las fuentes consultadas aclararon que en ese celular Anahí tenía colocado un chip -o tarjeta SIM- que no estaba activo, ya que hasta mediados de julio la chica tenía un plan con la empresa Claro pero luego se cambió a Movistar y cuando esta compañía le envió el código de activación, ella se equivocó en un número y la línea se le bloqueó.
Por ello, los investigadores no cuentan con datos de la geolocalización del celular de Anahí el día de su desaparición, 29 de julio, y los días posteriores, porque la chica sólo lo utilizaba para Whatsapp pero cuando estaba conectada a una red Wifi, ya que con la SIM bloqueada, no tenía servicio de 3G o 4G.
“No es cierto, como se venía diciendo, que la última vez que se detectó actividad de ese celular fue en una antena de la zona de la reserva de Santa Catalina. Buscamos allí porque era un sitio que la chica frecuentaba y porque nos guiaron los perros”, aclaró a Télam uno de los investigadores.
La fiscalía también aguardaba los resultados de las pericias toxicológicas realizadas a Anahí, ya que por el momento sólo se sabe que no había consumido alcohol.
El 4 de septiembre vence el plazo para que la UFI 2 de Femicidios de Lomas de Zamora pida la prisión preventiva para Bazán.
El 29 de julio último, Anahí salió de su casa de la localidad bonaerense de Parque Barón, en Lomas de Zamora, a caminar unas cuadras hacia el Parque Municipal Eva Perón y, al no regresar, su familia denunció su desaparición y comenzó su búsqueda.
El viernes 4 de de este mes, su cadáver fue encontrado desnudo, con lesiones cortantes y contusas en el rostro y la cabeza, enterrado en la Reserva Natural Santa Catalina, un predio de 730 hectáreas en la vecina localidad de Llavallol y que la Policía rastrillaba con perros adiestrados.
La autopsia determinó que la adolescente murió de una asfixia por sofocamiento y que no presentaba ningún signo de defensa ni de abuso sexual.