La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió ayer el retorno de la gendarmería a los barrios del conurbano bonaerense para poner la mirada en «esos lugares que están sufriendo» y el ministro de Seguridad de la Nación, Anibal Fernández, le contestó.
«Las fuerzas (de seguridad) son una parte de la solución, pero también son una parte del problema si no se subordinan al poder civil», declaró Cristina ante una multitud congregada en el Estadio Único de La Plata.
Fue en ese pasaje donde se preguntó por qué no desplegar gendarmes en el conurbano bonaerense para poner la mirada en «esos lugares que están sufriendo» la inseguridad, en vez de mantener a los efectivos en la Patagonia, donde «no se sabe qué están haciendo».
Anibal Fernández, luego de destacar el «amor y cariño» que siente por la vicepresidenta y de afirmar que existen grandes coincidencia con lo dicho ayer, se distanció en lo que respecta a la seguridad.
«Ella dice que la fuerzas se conducen solas y no coincido. No me meto con las provinciales ni la de Ciudad, pero en las cuatro federales que me tocan, las decisiones las toma un civil que soy yo y la ejecutan los profesionales que son los policías. No tenemos esta visión de dar ventajas o no cumplir con lo que hay que cumplir», aseguró.
Fernández consideró que «todos los días hay algo para cambiar o mejorar» y sostuvo que no existe «la sociedad sin delito» pero señaló que eso no significa que «se permitan cosas que antes no se permitían».
«Hace 10 días detuvimos, con colaboración de las policía uruguaya y peruana, al narco más buscado de Argentina desde hace cinco años. Lo encontramos nosotros. Si te pones las pilas, lo podes hacer», completó.
En su discurso de ayer, la Vicepresidenta definió a la inseguridad como una «deuda» de la democracia y postuló avanzar en acuerdos que permitan delinear políticas de seguridad que eviten la «autonomización» de las fuerzas y garanticen su control civil.